Los beneficios de la radioterapia frente a infecciones localizadas
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El uso de la radioterapia más allá de los tratamientos de oncología. Además de ser un tratamiento para pacientes con cáncer, también puede usarse para tratar infecciones localizadas en diversas partes de nuestro organismo tras haber aplicado los tratamientos tradicionales y ver que la persona enferma no responde a los mismos.
Sobre ello ha dado cuenta el equipo de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid que ha utilizado radiación ionizante para el tratamiento de una infección por equinococo encapsulada –quiste hidatídico- en la cadera de una paciente que no respondía a los tratamientos antibióticos habituales.
Explican los especialistas que la paciente llevaba tiempo afectada por este quiste hidatídico que le causaba dolor y que había sido intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones. Además, añaden, la patología había sido sometida a tratamiento sistémico con albendazol, pero sin mostrar remisión.
Ante el aumento del tamaño de la infección, prosiguen, la siguiente opción terapéutica era la extirpación de la pelvis, lo cual resultaba una cirugía muy agresiva. Por ello, detallan, antes de llevar a cabo esta intervención, se buscaron otras opciones y se valoró el tratamiento con radioterapia.
La doctora Marina Peña Huertas, médico adjunto del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, relata que «antes del inicio de las sesiones realizamos una tomografía computarizada de simulación como la que realizan todos los pacientes que van a ser sometidos a cualquiera de nuestros tratamientos que completamos con una resonancia magnética y un PET-TC para delimitar con exactitud el perfil de la lesión y las estructuras que debíamos irradiar. Administramos 27 sesiones y una dosis total del 54 Gy. Después de todas las sesiones, la paciente mostró una disminución del tamaño de la lesión y una desaparición del dolor».
Este caso clínico de éxito ha sido publicado en International Journal of Infectious Diseases, ya que demuestra cómo la radiación puede ser un tratamiento útil para el tratamiento de infecciones localizadas que son resistentes a otras terapias. «El caso de los quistes hidatídicos es una opción que se debe considerar si no responde a los tratamientos convencionales debido a que el equinococo se encapsula formando quistes», explica la Dra. Peñas Huertas.
Y añade: «Normalmente este parásito infecta al hígado, el pulmón o el cerebro y de forma excepcional se presenta en los huesos. La radiación ionizante causa daño en el ADN del parásito y evitamos que se replique».
Control exacto de la radiación evitando los tejidos sanos
También recuerda la especialista la utilidad de la radioterapia en otra clase de infecciones como el COVID-19 en el que la radioterapia a bajas dosis mostró efecto antiinflamatorio en los pulmones.
Hay que destacar, además, y así lo explica la Dra. Peñas Huertas, que este tipo de tratamientos no serían posibles si los oncólogos radioterápicos y radiofísicos no pudieran controlar de forma exacta la radiación que se deposita en el paciente.
«Los nuevos equipos de radioterapia nos permiten conformar la dosis de radiación a la forma de la lesión gracias a técnicas como la radioterapia de intensidad modulada o la arcoterapia. Podemos dar la dosis de radiación que queremos a la zona exacta del cuerpo que nos interesa, evitando que se irradien tejidos sanos», concluye la especialista.
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